Es mejor quemarse que apagarse lentamente.
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jueves, 24 de febrero de 2011
Llega un punto en la vida en el que oficialmente, eres adulto. De repente ya eres mayor para votar, beber y tomar parte en actividades de adultos. De repente, la gente espera que seas responsable, serio, un adulto. Crecemos, envejecemos. ¿Pero acaso maduramos de verdad?
De cierta manera, crecemos. Formamos familias. Nos casamos, nos divorciamos. Pero la mayoría de veces, seguimos teniendo los mismos problemas que cuando teníamos 15 años. No importa cuánto crezcamos, o cuánto envejezcamos… Siempre estamos tropezando. Siempre estamos haciéndonos preguntas. Eternamente… jóvenes.
De cierta manera, crecemos. Formamos familias. Nos casamos, nos divorciamos. Pero la mayoría de veces, seguimos teniendo los mismos problemas que cuando teníamos 15 años. No importa cuánto crezcamos, o cuánto envejezcamos… Siempre estamos tropezando. Siempre estamos haciéndonos preguntas. Eternamente… jóvenes.
En la vida, sólo hay una cosa segura aparte de la muerte y los impuestos… No importa lo duro que lo intentes, no importa lo buenas que sean tus intenciones, vas a cometer errores. Vas a hacer daño a la gente. Van a hacerte daño. Y si quieres recuperarte… Sólo hay una cosa que puedes decir.
Perdonar y olvidar. Eso es lo que dicen. Es un buen consejo, pero no es muy práctico. Cuando alguien nos hace daño queremos devolvérsela. Cuando alguien hace que nos equivoquemos, queremos tener razón. Sin el perdón, nunca se ajustan las cuentas, las viejas heridas nunca se curan. Y lo máximo que podemos esperar es que un día, tengamos la suerte de poder olvidar.
Perdonar y olvidar. Eso es lo que dicen. Es un buen consejo, pero no es muy práctico. Cuando alguien nos hace daño queremos devolvérsela. Cuando alguien hace que nos equivoquemos, queremos tener razón. Sin el perdón, nunca se ajustan las cuentas, las viejas heridas nunca se curan. Y lo máximo que podemos esperar es que un día, tengamos la suerte de poder olvidar.
Cuando estaba en segundo tuvimos que leer Romeo y Julieta en clase, luego, para subir nota, la profesora nos hizo actuar cada escena. El chico más popular era Romeo y ¿cómo no? El destino decidió que yo fuese Julieta. El resto de las chicas de clase me tenian celos pero, yo me sentía diferente, le dije a la profesora que Julieta era idiota, para empezar, se enamora del único tío que sabe que no podrá alcanzar y luego culpa al destino por su propia mala elección, la profesora me explicó que cuando aparece el amor, hay veces que el elegir simplemente desaparece por la ventana. A los 13 años, yo lo tenía muy claro, el amor, como la vida, se basa en tomar decisiones y el destino no tenía nada que ver en ello, todo el mundo cree que es tan romántico... Romeo y Julieta, amor verdadero... que triste. Si Julieta era lo suficientemente tonta como para enamorarse del enemigo, beberse una botella de veneno y dormirse en un panteón... Se merecía lo que le ocurriera.
Igual Romeo y Julieta estaban destinados a estar juntos, pero solo durante un tiempo y ya pasó. Si hubiesen sabido eso de antemano quizá todo habría ido bien. Le dije a la profesora que cuando creciera tomaría el destino con mis propias manos, no dejaría que un tío me deprimiera, mi profesora me contestó que tendría suerte si alguna vez sintiera ese tipo de pasión con alguien, y que si así era, estaríamos juntos para siempre. Todavía creo que, la mayoría del tiempo, el amor sí funciona con elecciones, se trata de dejar el veneno en la botella y crear tu propio final feliz, la mayoría de las veces. Pero a veces, incluso con las mejores elecciones y las mejores intenciones, el destino sigue ganando.
Igual Romeo y Julieta estaban destinados a estar juntos, pero solo durante un tiempo y ya pasó. Si hubiesen sabido eso de antemano quizá todo habría ido bien. Le dije a la profesora que cuando creciera tomaría el destino con mis propias manos, no dejaría que un tío me deprimiera, mi profesora me contestó que tendría suerte si alguna vez sintiera ese tipo de pasión con alguien, y que si así era, estaríamos juntos para siempre. Todavía creo que, la mayoría del tiempo, el amor sí funciona con elecciones, se trata de dejar el veneno en la botella y crear tu propio final feliz, la mayoría de las veces. Pero a veces, incluso con las mejores elecciones y las mejores intenciones, el destino sigue ganando.
Comunicación. Es lo primero que aprendemos en esta vida. Lo gracioso es que, en cuanto crecemos, nos aprendemos las palabras y empezamos a hablar empezamos a darnos cuenta de lo difícil que es saber que decir. O como pedir lo que realmente necesitamos.
Al finalizar el día, hay cosas de las que no puedes evitar hablar. Cosas que no queremos oir, y cosas que decimos porque no podemos callárnoslas más. Hay cosas que son más de lo que decimos, son lo que hacemos. Cosas que decimos porque no nos queda otra. Cosas que nos guardamos para nosotros mismos. Y, no siempre, pero de vez en cuando, cosas que simplemente hablan por si mismas.
viernes, 18 de febrero de 2011
En el fondo a todo el mundo le gusta pensar que puede ser fuerte, pero ser fuerte no solamente es ser duro
se trata de asimilarlo.
A vece tienes que darte a ti mismo permiso para no ser fuerte por una vez.
No tienes que ser duro cada momento del día, está bien bajar la guardia, de hecho hay momentos en que es lo mejor que podrías hacer, siempre que escojas tus momentos con sabiduría...
se trata de asimilarlo.
A vece tienes que darte a ti mismo permiso para no ser fuerte por una vez.
No tienes que ser duro cada momento del día, está bien bajar la guardia, de hecho hay momentos en que es lo mejor que podrías hacer, siempre que escojas tus momentos con sabiduría...
domingo, 13 de febrero de 2011
viernes, 11 de febrero de 2011
Cuando lo vi volver, alto y oscilante, las manos hundidas en los bolsillos de su gran abrigo abierto y con las solapas levantadas, entendí que había en él esa intensa sugestión de carácter que tienen siempre los portadores de una historia, como los portadores de un revólver. Pero no estoy haciendo una vana comparación literaria: él tenía una historia y guardaba un revólver.
Basta. Estoy fuera. De los recuerdos. Del pasado. Pero también estoy perdida. Antes o después las cosas que has dejado atrás te alcanzan. Y las cosas más estúpidas, cuando estás enamorada, las recuerdas como las más bonitas. Porque su simplicidad no tiene comparación. Y me dan ganas de gritar. En este silencio que hace daño. Basta. Déjame. Ponlo de nuevo todo en su sitio. Así. Cierra. Doble vuelta de llave. En el fondo del corazón, allí, en aquella esquina. En aquel jardín. Algunas flores, un poco de sombra y después dolor. Ponlos allí, bien escondidos, te lo ruego, donde no duelan, donde nadie pueda verlos. Donde tú no los puedas ver.
Cuando estás mal, cuando lo ves todo negro, cuando no tienes futuro, cuando no tienes nada que perder, cuando... cada instante es un peso enorme, insostenible. Y resoplas todo el tiempo. Y querrías liberarte como sea. De cualquier forma, de la más simple, de la más cobarde sin dejar de nuevo para mañana este pensamiento: <<El no está.>> Ya no está. Y entonces, simplemente, querrías no estar tampoco tú. Desaparecer. Plaf.
Sí, ese día hubieras querido encontrar a uno de esos magos: colocan un pañuelo sobre una paloma recien aparecida y, paf, de repente ya no está. Ya no está y basta.[...] Ha pasado el tiempo. Dos años. Y ahora saboreo una cerveza. Y acordándome de cómo me hubiera gustado ser esa paloma, sonrío y me siento un poco avergonzado.
Un inmenso ruído envuelto en silencio.
O la cerveza se me ha subido o es el y sus preguntas las que hacen que la cabeza me de vueltas. O el dolor de ese amor aún no olvidado. Ya no entiendo nada.
Sí, ese día hubieras querido encontrar a uno de esos magos: colocan un pañuelo sobre una paloma recien aparecida y, paf, de repente ya no está. Ya no está y basta.[...] Ha pasado el tiempo. Dos años. Y ahora saboreo una cerveza. Y acordándome de cómo me hubiera gustado ser esa paloma, sonrío y me siento un poco avergonzado.
Un inmenso ruído envuelto en silencio.
O la cerveza se me ha subido o es el y sus preguntas las que hacen que la cabeza me de vueltas. O el dolor de ese amor aún no olvidado. Ya no entiendo nada.
jueves, 10 de febrero de 2011
Nos reímos. Y seguimos riéndonos así. Hablando sin saber muy bien de qué ni por qué. Después decidimos colgar, prometiendo que nos llamaremos mañana. Es una promesa inútil: lo hubiéramos hecho de todos modos. Cuando pierdes tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás lcoco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que ella ha colgado compruebas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado, lo que, en realidad, es un poco de lo mismo...
Ya no hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en qué momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas, mucho antes... y es ahí justo en ese momento cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, de que todo se acaba, y que por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo, ya nunca tendrás la sensación de estar a tres metros sobre el cielo.
-Las cosas se han puesto muy difíciles para nosotros. Me encantaría estar muy lejos contigo, sin que hubiera más problemas, sin mis padres, sin todos estos líos, en un lugar tranquilo, fuera del tiempo.
-No te preocupes. Yo sé adónde podemos ir, nadie nos molestará. Hemos estado ya muchas veces, basta quererlo.
-¿Adónde?
-Tres metros sobre el cielo, donde viven los enamorados.
-No te preocupes. Yo sé adónde podemos ir, nadie nos molestará. Hemos estado ya muchas veces, basta quererlo.
-¿Adónde?
-Tres metros sobre el cielo, donde viven los enamorados.
Todo lo que tienes que hacer es ponerte los cascos, tirarte al suelo, y escuchar el CD de tu vida. Canción tras canción, no puedes saltarte ninguna, todas han pasado, y de una forma u otra servirán para seguir adelante. No te arrepientas, no te juzgues, se quien eres. Y no hay nada mejor para el mundo. Pausa, rebobinar, play, y más y más aún. Nunca pares la música, no dejes de descubrir sonidos para lograr explicar el caos que tienes dentro.
Y si te sale una lágrima cuando lo escuchas, no tengas miedo, es como la lágrima de un fan cuando escucha su canción preferida.
Y si te sale una lágrima cuando lo escuchas, no tengas miedo, es como la lágrima de un fan cuando escucha su canción preferida.
miércoles, 9 de febrero de 2011
"La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días."
Benjamin Franklin.
Benjamin Franklin.
martes, 8 de febrero de 2011
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